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SIGNIS premia a documental colombiano y corto brasileño en Festival Cinélatino

Por Néstor Mariño Briceño-SIGNIS Venezuela

 

Nada más llegar se entiende el motivo por el que Toulouse es conocida como La Ville Rose, o en español, la Ciudad Rosa. Sus calles se ven dominadas por el color de muchos de sus edificios antiguos, construidos con ladrillos que deleitan la vista de los visitantes y locales. Esta magnifica ciudad se ubica entre el Mediterráneo y el Atlántico. Atravesada por el río Garona y por el Canal de Midi, Patrimonio de la Humanidad.

 

Del 25 de marzo al 3 de abril de 2022, la ciudad estuvo acogiendo la trigésima cuarta edición del Festival de Cine Latinoamericano de Toulouse, y fue el centro de un intercambio cultural que benefició no solo a la ciudad sino a aquellos participantes y demás visitantes que pudieron disfrutar de un festival latinoamericano en Europa.

 

Las películas fueron proyectadas en idioma original, lo que hace que predomine el español, con subtítulos en francés. El jurado SIGNIS, compuesto por un irlandés que habla inglés y entiende un poco de francés y español, una francesa que no entiende español y habla un poco de inglés y un venezolano que habla un poco de inglés y no entiende francés, participaron en las proyecciones y con este diverso grupo demostramos muy bien el propósito que tiene el evento cinematográfico.

 

Un festival que es el punto de convergencia entre las distintas culturas que buscan enriquecer sus vidas a través de historias que muestran realidades a veces ajenas al viejo continente, pero que realzan todo lo bueno que puede llegar a ser el ser humano en situaciones no siempre favorables.

 

Competencia de cortometrajes

 

Los cortometrajes tienen la característica de mostrar en muy poco tiempo un mensaje que impacte y que sea profundo. Por eso, no hay tiempo que desperdiciar. Cada segundo cuenta cuando se trata de contar una historia en menos de 20 minutos y se busca no solo narrar la historia, sino llegar al corazón de la audiencia y lograr que se comprenda el mensaje que el director, guionista y/o productor quieren hacer llegar.

 

Este año cada uno de los cortos mostraban algo distinto y por eso se hizo muy difícil la elección. Interferencia es un cortometraje chileno dirigido por Juan Carlos Soto, habla de una investigación que se estuvo haciendo sobre un asesinato que supuestamente realizó un agente de la CIA para destruir una antena que bloqueaba la señal de un canal de televisión en tiempos de Salvador Allende.

 

Luego nos vamos al sur de Argentina con Twakana Yagán, dirigida por Rodrigo Tenuta, quien desde la Tierra del Fuego muestra a la comunidad Yagán Paiakola, referentes de un pueblo ancestral que habitan desde hace más de 8000 años. Twakana significa enseñanza y el cortometraje propone esa conexión con el canto ritual de Asinewensis.

 

Posteriormente vimos como Lluvia, dirigida por Magali Rocha y Carolina Corral de México, nos humedece el corazón con el relato de una madre que pierde a su hijo y lo aprende a escuchar en la lluvia y anima a quien lo ve a “atreverse a desenterrar la verdad”.

 

A la vez sentimos como crecen Las Flores de la Llanura, dirigida por Mariana Rivera, quien a través de una hermosa fotografía nos muestra como un pueblo indígena de México después de un feminicidio atraviesa el duelo tejiendo y construyendo con hilos y sueños para dejar de sufrir y pedir que se detenga la violencia.

 

Érase una vez en Quizca, dirigida por Nicolás Torchinsky, nos habla de lo solitario que llega a ser el final de la vida cuando vives alejado de las grandes ciudades y es un magnífico homenaje a un amigo fallecido en Argentina.

 

A pesar de que todos los cortometrajes tuvieron que sortear una pandemia y en algunos se nota la influencia de la misma en la producción, el mensaje más importante lo tenemos debido al Covid.

 

La pandemia ha sido documentada desde muchos ángulos, sin embargo, pocas veces se ve desde el punto de vista de los servicios funerarios, en Deus Me Livre, de Carlos Henrique De Oliveira y Luis Ansorena Hervés, en donde un empleado de un cementerio en Brasil que también era un predicador comparte el significado de su llamado a enterrar a los muertos y a ayudar a los demás.

 

Su mensaje para todos nosotros es que Dios está con nosotros, y esencialmente al final todos somos iguales. No importa si eres político, abogado o sacerdote. Nuestro tiempo aquí en la tierra es limitado y por eso no hay tiempo que perder. Hay que buscar hacer el bien sin mirar a quién o sin esperar nada a cambio. Y ese mensaje es el que para SIGNIS es el más significativo y relevante por lo tanto el merecedor del premio al mejor cortometraje.

 

Competencia de documentales

 

En los documentales de larga duración la dificultad está en hacer que el mensaje sea claro y conciso, sin agregar contenido que pueda quitarle valor a lo que realmente importa. Este año hubo muchas películas de una calidad inmensa. Muchos mensajes que tocan el corazón e historias muy conmovedoras.

 

Desde la selva de Colombia llega Cantos que Inundan el Río, de German Arango, una historia conmovedora de una mujer que desde muy pequeña sufrió la picadura de una serpiente y posterior amputación de una de sus piernas pero eso no la detuvo. Junto con el resto de las mujeres de Bojayá cantan para calmar el dolor de la muerte y cantan clamando que cese la violencia que se lleva a tanta gente inocente.

 

Pele, de Marcos Pimentel, explora las calles de Brasil para mostrarnos la inmensidad de murales que hay y como envían mensajes sin necesidad de hablar, porque a veces una imagen vale más que mil palabras.

 

Laura Linares nos enseña en Marquetalia cómo una señora de edad avanzada se encuentra en la lucha por envejecer dignamente. Su cuerpo marcado por las torturas que vivió cuando fue tomada prisionera en la dictadura uruguaya en la década de 1960. El temor por envejecer junto con un cuerpo muy adolorido, muestran cómo la mente puede ser el refugio durante los momentos más duros que vivimos.

 

Desde Panamá, Pilar Moreno y Ana Endara, en su documental Para su Tranquilidad Haga su Propio Museo, nos cuentan sobre Senobia Cerrud quien ha coleccionado una gran cantidad de objetos naturales y otros que utiliza para crear su universo personal y dejar una huella. Más allá de la historia que cuenta y el retrato de un personaje, lo más destacable es una escenografía poética e inventiva que seduce al espectador.

 

Esquí, de Manque La Banca, explora uno de los sitios más turísticos de Argentina, Bariloche. En pocas décadas se convirtió en uno de los sitios de esquí más importantes del continente y nos muestra una faceta desconocida por los turistas sobre la ciudad que se ubica en las faldas de la montaña y sus leyendas.

 

Tin Dirdamal, en Dark Light Voyage, hace una larga exploración de él mismo, tratando de encontrarle el sentido al trágico destino de un amigo que se encuentra en una cárcel de Vietnam siendo de origen mexicano. Durante el viaje en tren lo acompaña su hija de 8 años por toda Vietnam, escuchando historias de los locales y explorando una cultura muy distinta.

 

Sin embargo, hay una que destacó por la carga emocional, la cercanía y la humanidad que mostró. Esta película es de esas que te atrapan con una historia muy bien construida, con una investigación que requirió mucho trabajo y paciencia y con un mensaje profundo y emotivo. La historia no se refugia en el pasado para alimentar la sed de venganza, de lo contrario, el pasado ayuda a entender y a aprender a perdonar y querer.

 

Del Otro Lado, de Iván Guarnizo, es un enfoque muy personal de la lucha armada en Colombia que involucra a la madre del director quien es secuestrada durante más de 600 días por integrantes de Las FARC y genera un vínculo especial con uno de los guerrilleros que la cuidaban. Ese mensaje tan poderoso de buscar la reconciliación en vez de la venganza es lo que hace merecedora del premio SIGNIS a este documental.

 

El trabajo más difícil de un jurado es tener que elegir una sola producción como la ganadora. Muchos de los que presentan una película ya sea de ficción o documental lo hacen luego de haber dedicado mucho esfuerzo e incluso años de su vida en la realización de una visión que quieren que el mundo entero pueda compartir. Y el reto de aquellos que se atreven a transformar sus visiones en obras concretas es la de contar la historia lo más claro posible para que aquel que la vea pueda entender el mensaje que al final es con lo que se queda el observador.

 

En el Festival de Cinelatino de Toulouse la apuesta es por seguir tendiendo puentes entre Latinoamérica y Europa a través del cine y ayudar a que las historias trasciendan fronteras y culturas.