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Fratelli tutti

SIGNIS ALC

13 enero 2021

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Películas para ver y comentar a la luz de la encíclica Fratelli tutti (II)

Películas para ver y comentar a la luz de la encíclica Fratelli tutti (II)

Sergio Guzmán, S.J.

“ ‘Fratelli tutti’, escribía san Francisco de Asís para dirigirse a todos los hermanos y las hermanas, y proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio. De esos consejos quiero destacar uno donde invita a un amor que va más allá de las barreras de la geografía y del espacio. Allí declara feliz a quien ame al otro ‘tanto a su hermano cuando está lejos de él como cuando está junto a él’ ”, con estas palabras comienza el papa Francisco su carta encíclica Fratelli tutti sobre la fraternidad y la amistad social. A continuación recomiendo algunas películas que nos pueden ayudar a reflexionar sobre estos valores evangélicos del amor, la amistad y la fraternidad.

 

8) No de Pablo Larraín (Chile, 2012, 118 min.)

 

“René Saavedra (Gael García Bernal) es un ejecutivo de publicidad que regresa a Chile tras su exilio en México y diseña una brillante y optimista campaña que propugna el ‘No’ al plebiscito chileno de 1988. Su objetivo es poner fin a la dictadura militar y derrocar a Augusto Pinochet, con una estrategia de marketing no basada en el enfrentamiento y la denuncia del régimen, sino en la esperanza de un futuro mejor” (FILMAFFINITY). Esta es una película bien documentada, ambientada en los ochenta, que suena muy actual y esperanzadora. “Cada día se nos ofrece una nueva oportunidad, una etapa nueva. […] Seamos parte activa en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas. Hoy estamos ante la gran oportunidad de manifestar nuestra esencia fraterna, de ser otros buenos samaritanos que carguen sobre sí el dolor de los fracasos, en vez de acentuar odios y resentimientos” (n. 77).

 

9) Le Havre: El puerto de la esperanza de Aki Kaurismäki (Finlandia, 2011, 93 min.)

 

Un hombre que trabaja como bolero en Le Havre (puerto francés que da nombre a esta película) despierta y va creando una red de solidaridad en torno a un chico africano que anda de paso por el puerto y busca llegar a Londres, donde se encuentra su madre. Ante una realidad tan dura como es la migración y la indiferencia, el director explora y comunica lo más noble del ser humano y termina creando una estupenda parábola sobre la fraternidad.  A propósito del drama de la migración, el papa Francisco nos dice: “Jesús dice: ‘Fui forastero y me recibieron’ (Mt 25, 35). Jesús podía decir esas palabras porque tenía un corazón abierto que hacía suyos los dramas de los demás. San Pablo exhortaba: ‘Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran’ (Rm 12, 15). Cuando el corazón asume esa actitud, es capaz de identificarse con el otro sin importarle dónde ha nacido o de dónde viene” (n. 84).

 

10) San Felipe Neri de Giacomo Campiotti (Italia, 2010, 200 min.)

 

En el siglo XVI, en pleno Renacimiento, pero también en medio de profundas crisis al interior de la Iglesia, aparece Felipe Neri (1515-1595), un hombre alegre y lleno de fe que reúne a un grupo de niños, con quienes canta, juega y les habla de la Buena Nueva de Jesús. En 1544 Felipe buscó a Ignacio de Loyola para ofrecerse a ir como misionero a Asia; después desistió para abocarse de tiempo completo a reevangelizar la ciudad de Roma: predicando en los mercados y las plazas, visitando a los enfermos en los hospitales, fundado oratorios… En su encíclica el papa Francisco nos aconseja: “es importante que la catequesis y la predicación incluyan de modo más directo y claro el sentido social de la existencia, la dimensión fraterna de la espiritualidad, la convicción sobre la inalienable dignidad de cada persona y las motivaciones para amar y acoger a todos” (n. 86). La película va en esta línea.

 

11) La Strada de Federico Fellini (EUA, 1954, 104 min.)

 

Esta película nos habla de un amor hasta el extremo (cfr. Jn 13, 1). Gelsomina es vendida por su madre al circense y brutal Zampanó. Pese a la actitud agresiva y violenta de Zampanó, la muchaha se siente atraída por este estilo de vida en la calle; sobre todo cuando su dueño la incluye como parte del espectáculo. Aunque varios de los personajes que se encuentra en el camino le ofrecen que se una a ellos, Gelsomina no se separa de su amado. En esta muchacha inocente hay por supuesto una figura crística, un amor que se entrega, que transforma, que derriba muros y distancias. Sobre este amor el papa Francisco nos dice: “Desde la intimidad de cada corazón, el amor crea vínculos y amplía la existencia cuando saca a la persona de sí misma hacia el otro. Hechos para el amor, hay en cada uno de nosotros ‘una ley de éxtasis: salir de sí mismo para hallar en otro un crecimiento de su ser’ ” (n. 88).

 

12) Mejor… Imposible de James J. Brooks (E.U., 1997, 138 min.)

 

Melvin (Jack Nicholson, excelente) es un escritor afamado, poco social, insensible a los problemas de los demás, lleno de manías y obsesiones. Escribe sobre la vida y el amor, pero rechaza a quienes pueden proporcionarle alguna experiencia real. La relación con su vecino Simon (Greg Kinnear) y, sobre todo, con Carol (Helen Hunt), camarera que conoce sus manías y lo atiende como él desea en el restaurante, poco a poco le ayudarán a salir de sí mismo, a abrirse a los demás, a ser compasivo, a ser mejor persona. En el n. 89 del capítulo 3 que lleva por título Pensar y gestar un mundo abierto, el papa Francisco nos dice: “el amor que es auténtico, que ayuda a crecer, y las formas más nobles de amistad, residen en corazones que se dejan completar. La pareja y el amigo son para abrir el corazón en círculos, para volvernos capaces de salir de nosotros mismos hasta acoger a todos” (n. 89).

 

13) Selma de Ava DuVernay (E.U., 2014, 123 min.)

 

“Esta crónica sobre la lucha del político y activista Dr. Martin Luther King Jr. (David Oyelowo) en defensa de los derechos civiles, se centra en la marcha desde Selma a Montgomery,  Alabama, en 1965, que llevó al presidente Lyndon B. Johnson (Tom Wilkinson) a aprobar la ley sobre el derecho al voto de los ciudadanos negros” (FILMAFFINITY). El tema del racismo y la ciudadanía también es abordado por el papa Francisco en su encíclica: “Hay periferias que están cerca de nosotros, en el centro de una ciudad, o en la propia familia. […] cada hermana y hermano que sufre, abandonado o ignorado por mi sociedad, es un forastero existencial, aunque haya nacido en el mismo país. Puede ser un ciudadano con todos los papeles, pero lo hacen sentir como un extranjero en su propia tierra. El racismo es un virus que muta fácilmente y en lugar de desaparecer se disimula, pero está siempre al acecho” (n. 97).

 

14) El ciudadano Kane de Orson Welles (E.U.A., 1941, 119 min.)

 

Charles Foster Kane (Orson Welles) es un multimillonario, magnate de la prensa, que ha estado viviendo solo en su suntuosa finca Xanadu durante los últimos años de su vida. Muere en la cama pronunciando la palabra «Rosebud» mientras una bola de nieve cae de sus manos y se hace añicos. El periodista Jerry Thompson (William Allad) investiga sobre la vida privada de Kane con el objetivo de descubrir el significado de su última palabra al morir. Reflexionemos al final de la película: ¿Cómo vivió el ciudadano Kane? ¿Qué añora antes morir? Comentemos lo que nos dice el papa Francisco sobre el individualismo: “el individualismo radical es el virus más difícil de vencer. Engaña. Nos hace creer que todo consiste en dar rienda suelta a las propias ambiciones, como si acumulando ambiciones y seguridades individuales pudiéramos construir el bien común». (FT N° 105)