José M. Rojo G.*
¿A dónde? A Jerusalén, a Cafarnaún? No, pués! Al Colegio de Jesús en la Av. Brasil, Lima-Perú (Dominicas del Rosario). Al menos deben ustedes reconocer a la palomita que no quiso ir al cine y siguió cuidando su nido…como si nada pasara.
Sí, fuimos 12 los que respondimos a la convocatoria de “SIGNIS-Perú” para retomar el uso del cine para trabajar y vivir la espiritualidad en grupos y comunidades. No faltaron las bromas para ubicar a Judas pero coincidimos que ya no va a haber ningún Judas.
Solo disponíamos de sábado entero y domingo en la mañana y lo estrujamos al máximo. El objetivo era doble: primero –es obvio- ver y disfrutar con tres estupendas películas y el segundo capacitarnos para ser doce “facilitadores” dispuestos a trabajar el tema de la Espiritualidad desde el Cine, en dos modalidades y con dos metodologías (en parte comunes y en parte especiales para cada modalidad: Cine-Debate y Cine-Retiro).
Ninguna duda que se cumplió a cabalidad el primero de los objetivos. Le sacamos el jugo a tres interesantes películas: Claroscuro (australiana y con director africano), Estación Central (brasileira) y “Nunca te vayas sin decir te quiero” (holandesa). No se asusten, que el buen cine no tiene fecha de caducidad: las tres de fines del siglo pasado.
Las tres nos cuestionaron fuerte, las tres nos hicieron confrontar con las historias de la pantalla y con nuestras historias personales, las tres nos posibilitaron profundos diálogos que había que cortar en aras de la metodología. Nos supo a poco, por supuesto.
Y salimos super-convencidos de que el Cine es una herramienta privilegiada para trabajar nuestra espiritualidad, con tal que no la reduzcamos a prácticas de piedad o cosas por el estilo; con tal que nos centremos en vivir los valores humanos y evangélicos para que el Reino llegue, para hacer posible ese otro mundo que queremos construir uniendo brazos y codos.
Ya os avisaremos cuando volvamos al cine…
* Sacerdote, miembro de la APC «Monseñor Luciano Metzinger»- SIGNIS Perú