Por Graciela Falabella*
Basada en la obra teatral del mismo nombre, escrita por Florian Zeller que aquí hace su debut como director, con los diálogos de Christopher Hamtom, consigue el tono cinematográfico necesario a pesar del encierro que se nota, se logró esta película notable.
Anthony (Anthony Hopkins) es un señor mayor de ochenta y cuatro años que sufre una severa y progresiva demencia senil que lo limita en sus acciones, pero mucho más en su comprensión y memoria, es, además, un caprichoso que quiere que todo se haga como él quiere y sospecha de la persona que lo cuidaba porque aparentemente la robaba.
Su hija Anne, la gran Olivia Colman, lo visita en su casa para convencerlo de tener una nueva asistente ya que ella se va a vivir a Paris para seguir una relación amorosa y no puede cuidarlo.
Enojado al principio, acepta a la nueva asistente que le presenta Anne, Laura (Emogen Poots) porque le hace recordar a su hija muerta.
Acá hay un juego inquietante y muy interesante que el director hace con nosotros. Vuelve Anne, es otra actriz (Olivia Williams) con su marido (Mark Gattis) y le hacen creer que vive en la casa de ellos. Un momento bastante desconcertante para el espectador y desde luego para Anthony.
En esos momentos, nosotros también estamos perturbados y apenas podemos ver una terrorífica serie de engaños que nos hace dudar de todo.
Más adelante llega Paul (Rufus Sewell) el amor de Anne, claramente y con descaro lo interpela para que no los moleste y se vaya a un geriátrico.
La película plantea un drama actual de los mayores enfermos y sin una familia que los contenga. El Papa Francisco los define como “los descartables”, dieron todo durante su juventud y vida activa y ahora que necesitan ayuda no la tienen.
Estos seres mayores y enfermos “molestan” y lo mejor es dejarlos con otros que los cuiden por plata. No recuerdan nada y complican todo. Pero más allá de este drama, nos molestan a los hijos, nos duele abandonarlos, pero al mismo tiempo queremos “vivir la vida y ellos son un impedimento”.
El director pone el foco en ese lado que no queremos ver, el sufrimiento de los adultos mayores.
El trabajo de Anthony Hopkins es tan intenso que se come la película, nos lleva a recorrer todo el arco dramático de su personaje: nos hace reír, nos emociona, nos indigna, nos genera rechazo por su crueldad, nos encandila, nos intriga y nos lleva a las lágrimas cuando se pone de manifiesto su vulnerabilidad. Los demás actores, incluyendo a la excelente Olivia Colman son, notables y muy cercanos a nosotros, pero es Anthony Hopkins quien, con pocos recursos, solamente con su rostro, nos llegan al alma.
Sinopsis:
Un enfermo mayor y senil es el que desata este drama muy conmovedor.
The Father (nombre original)
Dirección: Florian Zeller
Guion: Christopher Hampton. Florian Zeller
Género: Drama
Duración: 1h 37 min
Fotografía: Ben Smithard
Música: Ludovico Einaudi
Elenco: Anthony Hopkins. Olivia Colman. Mark Gatiss. Olivia Williams. Imogen Poots, Rufus Sewel
Público adecuado: Adulto. No interesante para jóvenes. No erotismo. No violencia.
Calificación técnica: Muy buena
Recomendación: Para no perdérsela, pero es dura de ver.
Premios:
Óscar nominados
Mejor Película
Mejor actor
Anthony Hopkins
Mejor actriz secundaria
Olivia Colman
Mejor Guión adaptado
Christopher Hampton
Florian Zeller
Mejor Edición
Yorgos Lampinos
Mejor dirección de diseño
Peter Francis
Cathy Feathrestone