“Quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado» (Ex 3, 5), son las palabras que escucha Moisés cuando Dios se le manifiesta en una zarza ardiente y éste se acerca con curiosidad.
Descalzo sobre la tierra roja (2013) es una miniserie de Oriol Ferrer producida por Televisió de Catalunya (TV3), Televisión Española (TVE), TVBrasil y las productoras Minoria Absoluta y Raiz Produções que nos cuenta la historia del obispo catalán Pedro Casaldáliga en dos tiempos con veinte años de diferencia: 18 de junio de 1988, cuando el obispo de los pobres y teólogo de la liberación es llamado a “examen” a Roma; y, 1968, cuando el joven sacerdote, lleno de ilusión y entusiasmo, llega a trabajar a São Félix do Araguaia en Brasil.
En este año en que celebramos los cincuenta años de la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín, conviene ver o volver a ver esta miniserie y analizarla en este contexto que vivimos en América Latina con un Papa latinoamericano que sueña y trabaja por una Iglesia pobre que salga al mundo y responda a los nuevos desafíos que nos presenta la realidad.
La película es una adaptación del libro Descalzo sobre la tierra roja que el periodista Francesc Escribano publicó en el año 2002 después de algunas entrevistas con este obispo que quiso ser coherente y consecuente con el Evangelio, las reformas del Concilio Vaticano II y los lineamientos de los obispos reunidos en Medellín. Sobre el libro y la película, Escribano declaró: “Es la historia de alguien que vino para tratar de convertir a la gente y que acabó convertido a la tierra”.
¿Dónde está esa tierra santa que arde y despierta tanto asombro? ¿Cuál es ese sitio sagrado del que nos habla el Éxodo y que también está en un lugar perdido de Brasil? ¿Cuál es el hábito adecuado para presentarte ante el Santo Padre? ¿Cómo hay que llegar o vestirse en tierra de misión, ahí donde a veces nadie se ofrece a ir? ¿Cuál es esa zarza que arde y no se consume ahí en Sao Félix? ¿Por qué se ha vuelto roja esa tierra de los campasinos y pueblos indígenas? ¿Cuál es el calzado resistente al que alude el cardenal Ratzinger? ¿Qué sandalias o zapatos hay que quitarse en ese terreno sagrado? ¿Cómo hay que pisar y moverse en Roma ante los que examinan y juzgan desde afuera? ¿Cómo hay que acompañar como sacerdote y pastor al pueblo pobre y oprimido? ¿Cómo enfrentar y denunciar desde el Evangelio a quienes comenten tantas injusticias y causan muerte? ¿Cómo recuperar la tierra y ser nuevamente pueblo? Con imágenes, diálogos atinados y contundentes acciones que la película nos ofrece podemos encontrar respuestas a estas interrogantes.
“São Félix es el fin del mundo” sentencia el lanchero que lleva a Casaldáliga y a un seminarista a ese humilde poblado del interior del estado de Mato Grosso en Brasil. Ahí precisamente querían llegar estos dos jóvenes misioneros. Seguramente en ellos resonaban aquel texto de Mateo: “Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las gentes… he aquí que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 19-20). Y aquella voz que escuchó Moisés en la zarza ardiente: “He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto, he escuchado el clamor ante sus opresores y conozco sus sufrimientos. He bajado para librarlo de la mano de los egipcios y para subirlo de esta tierra a una tierra buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel” (Ex 3, 7-8).
Ya en tierra, y en unos cuantos años, veremos como el joven sacerdote y después obispo responde a los desafíos pastorales que están en el documento conclusivo de Medellín agrupados en tres áreas: la primera, la promoción del hombre y de los pueblos hacia los valores de justicia, paz, educación y familia; la segunda, se enfocó a una necesidad de evangelización y maduración de la fe a través de la catequesis y liturgia; en tercer lugar, se tomó en cuenta los problemas que giran en torno a toda la comunidad para que sea más fuerte la unidad y la acción pastoral.
Después de ver, analizar y compartir lo que nos ha dejado el visonado de esta miniserie disponible en varios sitios de internet podemos rezar y exclamar con el profeta Isaías:
¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión: ‘Ya reina tu Dios’! ¡Una voz! Tus vigías alzan la voz, a una dan gritos de júbilo, porque con sus propios ojos ven el retorno del Yahvé a Sión. Prorrumpan a una en gritos de júbilo, Soledades de Jerusalén, Porque ha consolado Yahvé a su pueblo, ha rescatado a Jerusalén. Ha desnudado Yahvé su santo brazo a los ojos de todas las naciones, y han visto todos los cabos de la tierra la salvación de nuestro Dios. (Is 52, 7-10) ————————Sergio Guzmán, S.J.