Divercine surgió en julio de 1992. Entonces no había en Uruguay una programación de calidad, con películas recientes, para niños y jóvenes. Y con Divercine empezaron a llegar y ser exhibidas en las mejores condiciones posibles.
Así, miles de niños pueden descubrir cada año las mejores obras de corto y largometraje que se producen para ellos en todo el mundo. La sede es en Montevideo pero tiene hoy en día subsedes en varias ciudades del continente.
Todo comenzó con la llegada de la directora del Instituto Interamericano del Niño, la Dra. Eugenia Zamora, a la Cinemateca Uruguaya en Montevideo y su solicitud para organizar una muestra de películas para niños. La cinemateca no poseía muchas y por esto pidió a Ricardo Casas buscar películas para la programación.
Se descubrió entonces toda una producción para niños mayoritariamente en Europa que la cinemateca podía pedir, traducir y proyectar. El primer Divercine tuvo tanto éxito que la sala para 600 personas quedó chica. Fue tanta la gente que el segundo año el festival ocupaba dos semanas de vacaciones.
El catálogo creció y las ambiciones también: invitados, actividades en el hall; siempre con la ayuda de Eloy Yerle que había organizado en el cuadro del Plan de Niños (Plan DeNI/ Formación para la imagen) cursos de lenguaje cinematográfico para docentes del Plan DeNi.
El segundo Divercine fue en julio 1992, con Horacio Ríos, de Rosario (Argentina), quien recién comenzaba con la organización del Festival de Video Latinoamericano de Rosario; veía en Divercine una oportunidad para compartir esfuerzos con el fin de promover su propio festival.
La gente comenzó a comprender cuán interesante era el proyecto. El primero fue el director de UNESCO, quien creó el Premio UNESCO al mejor director de film o video de América Latina y el Caribe. Luego UNICEF también entendió que el festival era un buen aliado para mejorar la situación de los niños.
Lógicamente el Plan DENI fue el socio natural. Sin OCIC-Uruguay (Eloy y la familia Pígola en un comienzo, con Carla Lima ahora) resulta difícil imaginar un Divercine formando a chicos. Poco a poco se fueron incorporando los actuales socios y últimamente cuenta con el apoyo del ICAU (Instituto de Cine y Audiovisual del Uruguay).
Con las subsedes de Divercine en otras ciudades como en Argentina (Rosario), Perú (Lima), México (Guadalajara), Chile (Santiago de Chili), Bolivia (Santa Cruz de la Sierra) y Puerto Rico (San Juan), sin contar las subsedes del mismo interior de Uruguay, más de 30.000 niños pueden ver cien obras que se programan en todo el Continente.
Desde 2008, SIGNIS otorga su premio en el festival. En 2018 su premio fue atribuido a la película brasileña Médico de Monstros, de Gustavo Teixeiro. El veredicto fue: “Por legitimar la mirada de los niños y niñas ante los miedos, y ayudarnos a reflexionar sobre nuestras reacciones como adultos frente a las lógicas de los chicos, que muchas veces no encuadran en nuestros parámetros de adultos. Por contar una historia que suscita interés y suspenso en los pequeños espectadores, que descubren a un protagonista que no sólo no les teme, sino que ayuda a esos monstruos, vulnerables como él”.
Por otro lado, el jurado atribuyó una mención a la docu-animación chilena para público infantil, Pichintun, Camilo, un niño ciego, de Karen Garib. El veredicto fue “porque sin golpes bajos, y con calidad narrativa, nos muestra una historia de superación y esperanza, confianza y alegría, encarnada en Camilo y su familia”.
Otra mención fue otorgada a «Los Sueños que queremos tener», de Juan Carve (Uruguay): “Porque a través de un relato sencillo y contundente, nos invita a reflexionar sobre lo que realmente vale: el ser, el disfrutar de lo que se nos da gratuitamente, de nuestros sueños, más allá de la carrera por el tener, carrera en la que se nos va la vida y nuestro planeta…”
CINIÑO
Desde 2004 Divercine es cofundadora de una red de festivales de cine para niños de Iberoamérica (CINIÑO). En este año, el director de Divercine, Ricardo Casas, junto a Susana Velleggia, Marialva Monteiro, y Pablo Ramos, han tomado esta iniciativa con la expectativa de que otros festivales de la región se integren a la Red y propongan nuevas ideas y proyectos.
CINIÑO no cuenta con estrellas del “show business” y más bien ofrece atractivos de “alto impacto” en el ya mercantilizado y banalizado panorama mass-mediático. Ofrece obras cinematográficas de alta calidad, acceso a la diversidad cultural y, cuando tenga un presupuesto suficiente, contará con la presencia de directores, especialistas y creadores sumamente importantes de diversos países del mundo.
Todos ellos aportarán experiencias y conocimientos de singular valor a través de talleres, conferencias, o exposiciones en seminarios, tanto para niños y jóvenes, como para los docentes, profesionales, técnicos, investigadores, estudiantes y el público en general, interesado en estos temas.
Información: Ricardo Casas (Divercine)
Tomado de la última edición de la revista CINEMAG, de SIGNIS Mundial